El 17 de junio de 1988, Michael visitó a la familia Chaplin en Suiza. En las fotografías, Michael sostiene dos Premios Honorarios concedidos a Chaplin en 1929 y 1972 por la Academia de Ciencias y Artes Cinematográficas. Oona O’Neill –viuda de Chaplin- sostiene el Oscar recibido en 1973 a la mejor partitura original. La tercera persona que aparece en las fotografías es Rolf Knie, artista de circo, que sirvió como guía durante la visita y cuenta la experiencia.
“Veinte años después, los sentimientos unidos a este día especial siguen siendo profundos. El descubrimiento de un sencillo y entrañable Michael Jackson. La indignación por todo lo que se dijo de él más adelante…”
Ese día, el payaso y hoy día productor del circo Salto Vitale, sirvió de guía a Michael en la célebre mansión de Ban habitada por la familia Chaplin en Corsier-sur-Vevey.
“Me acuerdo de la extremada educación de Michael, de su calma, de su timidez. Me acuerdo de la manera en que atendió a Oona Chaplin para que se sentara primero y luego hacer él lo mismo, cómo ni si quiera pidió de beber una Pepsi. Esos detalles son los que denotan la personalidad de alguien. Era simplemente natural. Desde entonces, no dejo de defenderlo cuando le atacan. Los periodistas han inventado horrores de él. Desde hace quince años no dejan de machacarlo.”
Debo contar que la causante de este encuentro fue Geraldine Chaplin, hija de Oona y de Charlie Chaplin. Después de un concierto de Michael al que ella asistió, el cantante le confió que admiraba a su padre. Geraldine llamó a Rolf Knie, viejo amigo de la familia y habitual de Manoir. “A Michael le gustaría venir a Corsier. ¿Puedes arreglarlo?”
Durante la estancia de Michael en Bâle, Rolf Knie se lanza: llama al hotel y le atiende su manager Frank DiLeo. “mis compañeros me decían que estaba loco y que sería imposible…”
“Una media hora más tarde es Michael mismo quien llama. Estaba contento. Convinimos el encuentro para un viernes a las 3 de la tarde.”
El día convenido, las familias Chaplin y Knie esperan a la estrella. La hora llega y él no ha llegado. “Hacia las 15.30, el portero viene diciendo: Alguien acaba de llamar, no he entendido su nombre. Era Michael. Cojo el teléfono. Estaba avergonzado, se excusó mil veces. Se había perdido y estaba en una estación de servicio de Vevey…”
El portero fue a buscarlo. El cantante llegó acompañado tan solo por su asistente, un señor mayor. “Los archivos le maravillaron. Después se fue a jugar inocentemente con mi hijo Gregory al parque. Creo que con los niños, que lo aceptan tal como es, podía mostrarse normal por fin.”
Otro aspecto de la estrella que le sorprendió: “Conocía perfectamente la vida de Chaplin. Los datos de sus películas, los nombres de los actores, todo. Se le tachó de inculto, absolutamente falso.”
El paralelismo entre Jackson y Chaplin le parece natural: “La misma infancia pobre, las mismas demandas interpuestas contra los dos, emitían la misma onda y experimentaron los mismos problemas con el mundo también. Tampoco daban muchas entrevistas. Respondían con sus películas o su música. Si se hubieran conocido, habrían pasado juntos días enteros.”
Dos meses más tarde, Michael Jackson invita a Oona Chaplin y a Rolf Knie a su concierto de Lausanne. “Antes del concierto le visitamos en el vestuario. Había varias mesas cubiertas con caviar y salmón. Michael se encogió de hombros: “Oh, esto no es para mí, pero mi grupo está hambriento…”
Cuando termina, Rolf y Oona asisten a la precipitada marcha de la estrella: “La música resonaba aún cuando se metió a toda prisa en un coche situado tras el escenario. Le seguimos y nos dio miedo: miles de fans nos asaltaron. Entonces comprendí lo que Michael vivía todos los días. Era prisionero de su éxito.”
El payaso mantiene su amargura. “Hoy día, estoy furioso contra todos los que no tuvieron piedad de él. Y contento porque ha encontrado la paz.”
fuente:http://mjhideout.com
1 comentarios:
Michael adoraba a Charlot de Charlie Chaplin.
Juro que cuando Michael interpretaba su danza robótica, se sentía inspirado por la personalidad circense de Charlot.
Además, su sombrero, sus piecitos hacia afuera...¡puro Charlot!...
Charlot, cuya magia nos atrapaba, nos endulzaba el corazón y nos sacaba la sonrisa ¡como Mike!
Inventar un guante enlentejado, medias brillosas, recursos típicos de una identidad chaplinesca con la que Michael se identificó plenamente, nos la compartió y nos hizo sus cómplices.
¿Y Neverland? para mí que es también una reminiscencia chaplinesca. Por ejemplo: cuando Mike jugaba a lanzarse bolsas de agua con sus amistades: luciendo su camisa roja y su sobrero; su forma de balancearse...puro Charlot...
Por cierto: qué parecido físico tan grande entre Oona Chaplin y Geraldine, su talentosa hija.
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