A dos años de la muerte de Michael Jackson, el presidente de La Corte del Rey del Pop, un club mundial de seguidores del artista, recuerda a su ídolo. “Lo difícil para muchos es saber realmente quién era ese chico nacido en el pueblito de Encino que en algún momento se volvió blanco”, dice Gustavo. ¿Compartís su punto de vista? ¿Cuál creés que será el principal aporte del Rey del Pop al mundo artístico?
Gustavo Cusnier
“Si quieres ver a un chico normal, mira al hijo de tu vecino, pero no a Michael Jackson porque de normal no tiene nada”, dijo alguna vez el recordado cantante Sammy Davis Jr. Por supuesto que no. Ídolo musical infantil a los 5 años de edad. A los 10, en vez de ir a la escuela y jugar con sus amigos, ensayaba 8 horas diarias para sus presentaciones y, a sus 25 años ya se había consagrado como solista a nivel internacional con el impacto que significó para la industria musical la salida de su disco “Thriller”. Sería muy obvio realizar una recorrida por su vida privada y musical. Cientos de libros y biografías han dado cuenta de ello, estando al alcance de la mano de quien desee saber un poco más sobre Michael Jackson.
Lo difícil para muchos es saber realmente quién era ese chico nacido en el pueblito de Encino que en algún momento se volvió blanco. Ese muchacho tímido que no se animaba a dar un reportaje y, luego en el escenario actuaba para una multitud desplegando su histrionismo y virtuosidad en el arte de la música y el baile. Por suerte en un momento me llegó el turno y pude “sacarle la máscara” al Rey del Pop para poder ver al Michael Jackson que, a fin de cuentas y con gran sorpresa, era un hombre y tenía humanidad.
Ese ser de voz aguda, esa estrella internacional tenía sueños, algunos grandes y otros pequeños. Con su música y su obra de caridad pretendía cambiar al mundo. También tenía otros pequeños sueños muy mortales, como poder criar a sus pequeños hijos Prince, París y Blanket de la forma más normal posible (dentro de toda la normalidad que pueda significar ser hijo de Michael Jackson); como poder visitar un lugar sin tener un séquito de cientos de personas siguiéndolo o pidiéndole un autógrafo. Puede decirse que “es el precio de la fama”, sin embargo, creo que hasta al más famoso de los famosos le han hecho más placentera la vida que al propio Jackson.
Hoy la mortalidad, como siempre sucede, hace ver a las personas más buenas. Muchos que lo señalaban con el dedo han bajado sus brazos. Por años y décadas cada acto fue exacerbado. Su vitíligo (enfermedad degenerativa de la piel) tapado con gruesas capas de maquillaje era marcado como un negro que desprecia su raza. Su rancho Neverland comprado a finales de los ‘80 era el símbolo de sus excentricidades, cuando tan sólo cambió el color de sus paredes, el diseño de sus jardines y le agregó juegos electromecánicos. Su rostro -varias veces cambiante por cirugías- era tapa de revistas, mientras otras tantas estrellas de Hollywood seguían sus mismos pasos sin que nadie tomara nota del caso.
Michael Jackson y el caso de Jordan Chandler fue nota de tapa por varios meses en todos los medios internacionales en 1993 cuando por supuesto abuso deshonesto la estrella pagó 22 millones de dólares para no ir a una instancia judicial. Sin embargo, ninguno de esos medios difundió el comunicado del ya adulto Chandler que, sobre el caso, dijo “Michael Jackson nunca abusó de mí, mentí por mi padre, lo siento Michael”. Las disculpas llegarían demasiado tarde ya que Jackson estaba muerto. Tampoco no fue tapa la noticia que el padre de Jordan Chandler, principal acusador en ese momento, se suicidó sin causa aparente en noviembre del 2009, quizás víctima de los remordimientos.
El año 2005 fue otra instancia dura para Michael cuando debió enfrentar a la justicia norteamericana por el comentado caso del menor Arvizo quien, víctima de un cáncer terminal, fue asistido económicamente por Jackson, cuestión que le salvó la vida. El juicio incluía diez cargos formales, los cuales no existieron y cada uno de ellos cayó con la prueba producida que demostró lo contrario, siendo todo una fabula en busca de dinero de la madre del niño Arvizo (que ya tenía sentencias en su contra por robos reiterados, denuncias falsas y serios problemas en la custodia de sus hijos).
Michael Jackson dejó un legado musical único; una vida que será repetida incansablemente en películas y documentales; 300 millones de dólares donados de su bolsillo durante su vida a instituciones benéficas, más el 20 por ciento de su testamento y ganancias póstumas a obras de beneficencias; dejó tres huérfanos que intentan hoy en día saber que le pasó a su padre; una familia de padres y hermanos que se aferran a la venta de perfumes, pertenencias personales y otros objetos de Jackson para subsistir, ya que son incapaces de generar medios de subsistencia propia. Dejó en su testamento tres albaceas para que manejen su patrimonio que tan sólo en el primer año de su muerte generó mil millones de dólares de ganancias que sirvieron en forma más que suficiente para saldar cada una de sus deudas.
A dos años de su partida, esta persona que era considerada una leyenda viviente ha trascendido el podio de lo musical para convertirse en ícono de la cultura contemporánea. Estoy seguro que poco a poco los años lo pondrán en el verdadero lugar que se merece. Demás está este reconocimiento, pero sin embargo sería un poco de justicia para un hombre al que no le dieron la oportunidad de dejar de ser la estrella musical más rutilante que dio la historia, para convertirse en aquel niño de Encino que siempre quiso ser… Ídolos que cambian la vida de las personas, nunca serán olvidados.
0 comentarios:
Publicar un comentario