FUENTE : http://mjhideout.com
Nativo de Brooklyn, Nueva York, ha trabajado con artistas como Stevie
Wonders y Jay-Z y ha viajado por el mundo enseñando a los niños la magia
del hip-hop con su premiado vídeo: “Hip-hop para niños”.
Era el año 1986. Recibí una llamada de un amigo que me dijo: “Hacen una audición para el vídeo de Michael Jackson, BAD. Quiero que vayas allí y lleves tus patines. No los olvides porque eso es lo que te diferencia de los demás”. Así que fui a la audición. Había mucha gente, ¡casi 3000 personas!
Llevé mis patines e hice mi audición. Fue casi más una actuación que una audición.
Conocí a Quincy Jones allí y le pedí un autógrafo. Estaba tan emocionado como un niño. Después vi a Jeffrey Daniels, el coreógrafo, y le pedí también uno. Me dijo: “No necesitas mi autógrafo”. Le dije: “¿Por qué?”. “Porque ya estás con nosotros. Ya te hemos cogido”. Y me advirtió: “No se lo digas a nadie, vete como si no supieras nada”.
Me fui al baño y me puse a gritar y a dar voces tan alto como pude. Era el hombre más feliz de la Tierra ese día. ¡Saber que iba a trabajar con Michael Jackson!
Era el año 1986. Recibí una llamada de un amigo que me dijo: “Hacen una audición para el vídeo de Michael Jackson, BAD. Quiero que vayas allí y lleves tus patines. No los olvides porque eso es lo que te diferencia de los demás”. Así que fui a la audición. Había mucha gente, ¡casi 3000 personas!
Llevé mis patines e hice mi audición. Fue casi más una actuación que una audición.
Conocí a Quincy Jones allí y le pedí un autógrafo. Estaba tan emocionado como un niño. Después vi a Jeffrey Daniels, el coreógrafo, y le pedí también uno. Me dijo: “No necesitas mi autógrafo”. Le dije: “¿Por qué?”. “Porque ya estás con nosotros. Ya te hemos cogido”. Y me advirtió: “No se lo digas a nadie, vete como si no supieras nada”.
Me fui al baño y me puse a gritar y a dar voces tan alto como pude. Era el hombre más feliz de la Tierra ese día. ¡Saber que iba a trabajar con Michael Jackson!
Siguieron haciendo pruebas pero yo no tuve que volver. Conocí a Michael
un par de días después. Fui a practicar con los bailarines y dijeron:
“¡Michael está llegando!”. Yo estaba emocionado. ¡Iba a conocer a
Michael Jackson! Me miré al espejo tratando de recomponer mi cara. Fue
una de las situaciones más extrañas porque no sabía cómo actuar. ¿Cómo
se supone que actúas cuando conoces a Michael Jackson?
Michael aprendió el poppin’ de Poppin’ Taco. Él fue su entrenador personal. Después cogió ese estilo y le dio vida con todo lo demás. Cuando Michael me vio patinar se quedó asombrado. Pensé que estaba viendo a un niño. Él estaba mirándome y yo le miraba a él pensando: “¿Cómo puede estar tan sorprendido por mí?” Era muy humilde. Intenté enseñarle a patinar pero tenía miedo. Le dije que me aseguraría de que no hubiera nadie por allí. Él me dijo: “No quiero que haya mucha gente a mi alrededor”. Quería que le enseñara pero nunca pudo, estaba demasiado ocupado.
Todo esto fue antes de los ensayos, que duraron unas tres semanas. Él lo quería todo perfecto. Por entonces no era habitual ensayar tanto tiempo para un vídeo. El tiempo vuela una vez estás tan ocupado y me olvidé de ello. Estaba tan acostumbrado a ver a Michael por allí… Pensaba: “¡Guau, le veo todos los días!”. Era una persona normal, pero era un perfeccionista. Miraba nuestras clases, era muy observador. Te decía: “Hazlo como este chico”.
Me quedé triste cuando se acabó.
Solía bromear mucho cuando él estaba por allí.
Él era conocido por ser un bromista.
Les gasté una broma a los demás. Tenía un gran abrigo y un sombrero como Michael. La gente esperaba que él llegara y le dije a alguien que estaba de camino, así que salieron: “¡Michael viene, que todo el mundo prepare su cámara!”
Así que salí, jugué por allí y la gente dijo: “¡Ahí llega Michael!”. Todos los fans se pusieron alrededor haciendo fotos y yo abrí mi abrigo y dije: “¡AHH!”. Me echaron un vistazo y dijeron: “Tío, ¡ese no es Michael Jackson!”.
Pude ver todas las escenas de baile del rodaje, porque fui el último en rodar la mía. Todo el mundo se había marchado y Michael me dirigió él mismo. Y se sentía orgulloso de hacerlo. Martin Scorsese estaba allí pero dejó a Michael dirigirme. Decía: “No lo hagas así, hazlo como lo hiciste la primera vez que te vi”. Decía: “Sí, vuelve la cara y mira al otro lado, miras y después vuelves a mirar como si fueras malo. ¡Convénceme!”.
Lo hice en tres tomas. “¡Eso es, hemos terminado!”, dijo. Nos estrechamos las manos y nos fuimos.
Unos dos meses después fue la presentación del vídeo. Cuando lo vi, pensé: “¡No es lo suficientemente largo!”. Filmaron mucho pero después editaron y cortaron bastante.
Michael aprendió el poppin’ de Poppin’ Taco. Él fue su entrenador personal. Después cogió ese estilo y le dio vida con todo lo demás. Cuando Michael me vio patinar se quedó asombrado. Pensé que estaba viendo a un niño. Él estaba mirándome y yo le miraba a él pensando: “¿Cómo puede estar tan sorprendido por mí?” Era muy humilde. Intenté enseñarle a patinar pero tenía miedo. Le dije que me aseguraría de que no hubiera nadie por allí. Él me dijo: “No quiero que haya mucha gente a mi alrededor”. Quería que le enseñara pero nunca pudo, estaba demasiado ocupado.
Todo esto fue antes de los ensayos, que duraron unas tres semanas. Él lo quería todo perfecto. Por entonces no era habitual ensayar tanto tiempo para un vídeo. El tiempo vuela una vez estás tan ocupado y me olvidé de ello. Estaba tan acostumbrado a ver a Michael por allí… Pensaba: “¡Guau, le veo todos los días!”. Era una persona normal, pero era un perfeccionista. Miraba nuestras clases, era muy observador. Te decía: “Hazlo como este chico”.
Me quedé triste cuando se acabó.
Solía bromear mucho cuando él estaba por allí.
Él era conocido por ser un bromista.
Les gasté una broma a los demás. Tenía un gran abrigo y un sombrero como Michael. La gente esperaba que él llegara y le dije a alguien que estaba de camino, así que salieron: “¡Michael viene, que todo el mundo prepare su cámara!”
Así que salí, jugué por allí y la gente dijo: “¡Ahí llega Michael!”. Todos los fans se pusieron alrededor haciendo fotos y yo abrí mi abrigo y dije: “¡AHH!”. Me echaron un vistazo y dijeron: “Tío, ¡ese no es Michael Jackson!”.
Pude ver todas las escenas de baile del rodaje, porque fui el último en rodar la mía. Todo el mundo se había marchado y Michael me dirigió él mismo. Y se sentía orgulloso de hacerlo. Martin Scorsese estaba allí pero dejó a Michael dirigirme. Decía: “No lo hagas así, hazlo como lo hiciste la primera vez que te vi”. Decía: “Sí, vuelve la cara y mira al otro lado, miras y después vuelves a mirar como si fueras malo. ¡Convénceme!”.
Lo hice en tres tomas. “¡Eso es, hemos terminado!”, dijo. Nos estrechamos las manos y nos fuimos.
Unos dos meses después fue la presentación del vídeo. Cuando lo vi, pensé: “¡No es lo suficientemente largo!”. Filmaron mucho pero después editaron y cortaron bastante.
La siguiente vez que vi a Michael fue en Sydney, Australia, durante el
BAD tour. Me casé allí. Me invitaron a subir y actuar en la gira un
poco, antes de dejar Sydney. Fue divertido verle de nuevo. ¡Subí al
escenario y no podía dejarlo! Salían los niños a cantar “We Are The
World”. BAD era la última canción y yo bailé. Michael me dejó hacer y me
volví loco. Fue lo mejor que he hecho en mi vida. Empecé a bailar: di
una vuelta, me giré y me puse las gafas como Stevie Wonder. Empecé a dar
volteretas y giros mientras Michael salía del escenario con los niños.
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