Henry Vaccaro apura su limonada y mira al horizonte mientras continúa
desgranando la historia que ha ligado su nombre al Rey del Pop y,
durante años, le hizo propietario de la mayor colección de objetos personales de Jacko de la historia.
Vaccaro se remonta a 1975. “Al morir mi padre comencé trabajar en la
construcción. Conseguí establecerme en mi zona [Nueva Jersey] y llegué a
construir una casa por año”. Vaccaro no sabía tocar ningún
instrumento, pero sí poseía olfato para los negocios. Cuando conoció
Dennis Berardi, Phil Petillo y Gary Kramer, que buscaban un local para
comenzar a fabricar guitarras, les ofreció su ayuda. Así se convirtió en el principal inversor de Kramer Guitars, una casa que no tardó en revolucionar el mercado estadounidense con su diseño de la guitarra con mástil de aluminio que pronto sería insignia de virtuosos como Clarke o Eddie Van Halen.Sus negocios con Kramer Guitars (hoy, una línea de Gibson) abrieron a Vaccaro las puertas de un nuevo mundo en el que conoció a su ídolo de juventud, Johnny Cash,
y también a la familia de Michael Jackson. Los 80 fueron años
dorados. Los negocios iban bien, y Vaccaro comenzaba además a forjar
una sólida amistad con El Hombre de Negro, que visitaba Nueva Jersey a
menudo. El empresario construía y reinvertía sus beneficios en la
regeneración de la ciudad donde nació, Asbury Park, durante unos años cuartel general de Springsteen y sede e la sala The Stone Pony,
que luchaba por recuperarse de un pasado tumultuoso. Tal era el alcance
de los negocios del empresario, que por aquel entonces la prensa
se hacía eco de sus andanzas con el titular “Bienvenidos a la Vaccarolandia”
Fue entonces cuando conoció a los Jackson, interesados por invertir en Asbury Park y, entre otras cosas, construir un ‘Pabellón Jackson’, un complejo con museo, restaurante y sala de conciertos, valorado en 51 millones de dólares. Allí se desplegarían montones de objetos personales de Michael Jackson y sus hermanos.
Cuando, poco después, el proyecto de revitalización se vino abajo,
Jackson Communications Inc. mantuvo su interés por la compra de negocios
locales en Nueva Jersey, entre ellos, Kramer Guitars, la compañía que se había convertido en todo un fenómeno internacional.
Con los ojos más empequeñecidos por la edad, Vaccaro recuerda cómo
Joseph Jackson, el patriarca, había sido el más interesado en la compra
de Kramer. Cuando la compañía se vio empujada a la bancarrota “por
discrepancias internas”, el señor Jackson fue el primero en ofrecerse como inversor, y en 1993 firmó la compra de Kramer. Sin embargo, nunca llegaría a saldar el precio acordado por la venta. Aquel
fue el desencadenante de una larga saga de enfrentamientos
judiciales. Años después, dos camiones repletos de objetos personales de
Michael Jackson y su familia fueron a parar a manos de Henry Vaccaro, como pago en especie por las deudas contraídas por los Jackson,
que se habían declarado insolventes para evitar pagar los 1,4 millones
de dólares que debían por la compra de Kramer
Guitars.
La recolecta del material fue digna de una escena de película:
el detective de Vaccaro, orden judicial bajo el brazo y acompañado por
varios policías, se presentó en una de las naves donde los Jackson
atesoraban cientos de efectos personales, desde juguetes de MJ
a vestuario y decorado de las giras, discos de oro, fotografías, cintas
de vídeo e incluso grabaciones originales nunca editadas. Todo,
además de importantes documentos familiares, almacenado en vistas de
aquel sueño del ‘Pabellón Jackson’. No fue fácil que los dos camiones
abandonaran Los Ángeles y llevó seis meses organizar el material
recopilado, cerca de 2.200 objetos. Algunas de las piezas más valiosas
se subastaron en 2007, pero hasta septiembre de 2014 buena
parte de la colección continuaba en Nueva Jersey, bajo custodia del Tribunal Federal de los Estados Unidos, que ordenó la subasta pública del resto para solventar la deuda contraída por Henry Vaccaro tras las repetidas y millonarias demandas de los herederos de Michael Jackson. “Nunca quise tener todos aquellos objetos personales”, repite Vaccaro, que en más de una ocasión ofreció a los Jackson la devolución de sus recuerdos a cambio del dinero que le debían. “No vas a ver ni un quinto”, le espetaron los encargados de gestionar el patrimonio Jackson.
Pero Vaccaro es optimista y, por encima de todo, un luchador. A sus 74 años, acaba de perderlo todo otra vez, si bien su mirada no es de abatimiento, ni mucho menos. Quizá se haya guardado un último as en la manga: el copyright de las 26 cintas originales con temas inéditos de los Jackson 5, los efectos más valiosos de toda la colección, está a su nombre.
Fuente : http://rollingstone.es