Un médico forense dio uno de los mayores golpes a la defensa del doctor de Michael Jackson al decir que no es razonable creer que Jackson se haya suministrado a sí mismo la dosis fatal del poderoso anestésico propofol.
El doctor Christopher Rogers, quien realizó la autopsia de Jackson, dijo que era más probable que el médico Conrad Murray le haya dado una sobredosis al cantante cuando midió mal el medicamento que le proporcionaba para ayudarlo a dormir.
Rogers dijo que Murray no tenía en la habitación del cantante un aparato para medir con precisión la dosis.
"Las circunstancias, desde mi punto de vista, no apoyan la teoría sobre que se autoadministró el propofol", dijo Rogers, director de medicina en la Oficina Forense del Condado de Los Ángeles.
Rogers dijo a los jurados que un panorama más probable era a que Murray haya juzgado mal cuánto propofol le dio al artista.
"Para que el señor Jackson se haya administrado el propofol a sí mismo tendríamos que asumir que se despertó y a pesar de que estaba bajo la influencia de ... el propofol y otros sedantes logró administrarse el propofol", dijo Rogers.
"Entonces dejó de respirar y todo esto ocurrió en dos minutos", dijo Rogers. "Para mí ese escenario parece menos razonable".
"¿Menos razonable en comparación con qué?", dijo el vicefiscal de distrito David Walgren.
"Con la otra posibilidad, que sería que para mantener al señor Jackson dormido el doctor tendría que haberle dado un poco del anestésico cada hora, dos o tres cucharadas cada hora", dijo Rogers, quien agregó que el propofol es una medicina de corta duración que se diluye rápidamente.
Murray le dijo a la policía que le había dado a Jackson sólo 25 miligramos del medicamento, lo que lo habría hecho dormir sólo cinco minutos.
Rogers dijo que examinó la evidencia encontrada en la habitación del cantante y se dio cuenta de que había un frasco vació de 100 mililitros de propofol. También dijo que la causa de muerte era una "intoxicación grave de propofol aunada al efecto de la benzodiazepina".
Dos medicamentos de ese grupo, lorazepam y midazolam, fueron encontrados en el sistema de Jackson después de que murió.
Rogers dijo que consideró diversos factores al dictar que la muerte fue un homicidio.
Entre ellas la declaración de Murray a la policía y la falta de equipos médicos adecuados en el cuarto de Jackson, donde el superastro recibía el anestésico como ayuda para conciliar el sueño.
Por su parte, el abogado defensor Michael Flanagan pasó más de dos horas tratando de demostrar que Jackson pudo administrarse el medicamento, no sólo propofol sino tambíen lorazepam, que pudo ingerir en forma de píldoras.
Flanagan sugirió que una vez que Murray comenzó a administrarle de forma intravenosa el propofol a Jackson el médico salió de la habitación y "alguien podría inyectar esa sustancia rápidamente".
"Sí", respondió Rogers.
"Pero si hacen entrar la medicina repentinamente esto puede detener tu corazón", dijo el abogado.
"Sí" respondió Rogers.
A pesar de esto el forense reiteró sus dudas sobre esa posibilidad.
Walgren también interrogó a Rogers y dijo que incluso si Jackson se hubiese administrado propofol o lorazepam su muerte sería considerada un homicidio pues Murray lo dejó sólo con los medicamentos a su alcance.
Walgren ilustró el testimonio sobre la autopsia a Jackson mostrando una fotografía sombría del cuerpo del cantante sobre la plancha de los médicos forenses en la que aparecía sólo con los genitales cubiertos. El cantante se veía delgado pero no demacrado. El médico dijo que medía 1,74 metros y pesaba 61 kilos.
"Creo que estaba más sano que el promedio de la gente de su edad", dijo Rogers quien agregó que Jackson no tenía bloqueos de grasa en sus arterias, comunes entre las personas de su edad.
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