En días recientes salió a la luz el informe de autopsia del rey del pop Michael Jackson. El informe señala que Jackson que en sus últimos momentos el organismo del artista se vio erosionado por el exceso de fármacos, cuyo uso le dejó como secuela 13 pinchazos y 25 heridas en el cuerpo. Además, desde que se le propinó la inyección de propofol hasta el momento de su muerte, pasaron cuatro horas. A las 10:30 am del 25 de junio de 2009, Jackson, tras pasar la noche en blanco, llamó a su médico personal, Conrad Murray, y le pidió inyecciones para dormir. A las 11:00 Conrad le inyectó propofol y otros farmacos. Según Conrad, a las 12:00 pm Jacson fue al lavabo, después de recibir la inyección. (La versión que corre en las calles es que Conrad se había quedado dormido, lo que condujo a la tragedia.) Sea como fuere, Conrad descubrió que Jackson había dejado de respirar, y que sólo tenía tenues pulsaciones, por lo que comenzó de inmediato a aplicarle operaciones para restaurar las funciones del pulmón y corazón. A las 12:21 pm, Conrad llamó por teléfono solicitando asistencia urgente. A las 12:29 pm, cuando llegaron al lugar los rescatistas descubrieron que la persona tumbada en el suelo sin pulsaciones era el célebre Michael Jackson. A las 13:14 pm, después de aplicarle sin efecto durante 45 minutos las medidas para restaurar las funciones del pulmón y el corazon, los rescatistas subieron a Jackson a la ambulancia. En ese momento 13 turistas pasaban en autobús pasasando por delante de la residencia de Jackson. Cuando el guía les informó que el paciente que trasladaban al hospital con una máscara de oxígeno era Jackson, los turistas quedaron atónitos. A las 14:26 pm el médico del Hospital de la Sucursal de Los Angeles de la Universidad de California anunció la muerte de Jackson.
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