“El hombre que sobre el cadáver de su infancia quiere avanzar en un mundo de una raza que no es la suya, el joven adolescente que aún conserva el orgullo, que él entiende, tira del joven adulto que sueña con un futuro de más éxitos en la creencia de que su evolución y triunfo dependerá de los cambios que él domine y, éste a la vez, sostiene y anima al yo más pálido, al mismo tiempo que tímidamente quiere soltar la mano del joven adolescente que intenta hacer caer en razón al otro yo, al que anhela construirse diferente. Finalmente asciende hacia la muerte en su carrera triunfal dejando que esta ilumine su imagen para la posteridad en señal de meta alcanzada.
Todo esto transcurre en un ambiente oscuro, algo sórdido, como representaciones mitológicas de las ánimas en la penumbra de un bosque, lejos de la luz y es observada por la inocencia encarnada en los animales, menos por la curiosidad del oso que personaliza al poder y la fuerza.
No puede faltar el árbol de la vida, que cumple su papel central, tras las figuras inspiradas en la utilización de la luz como en los clásicos renacentistas para focalizar el motivo final. Y digo final porque el Michael que sostiene la calavera aunque mira hacia arriba su cuerpo está orientado hacia atrás, mientras que las otras figuras lo están hacia el futuro."
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