Durante más de tres horas ininterrumpidas, los aficionados de Jackson pusieron temas, videos e intercambiaron anécdotas además de analizar una de las carreras más prolíficas en la historia de la música americana interrumpida por la trágica muerte del cantante a los 50 años.
Una cola de admiradores de Jackson se formó una hora antes y entre ellos no se cortaban de usar la palabra "genio".
"Es un genio" proclamaba el productor de reediciones Harry Weinger, rechazando hablar en pasado.
Como prueba, Weinger puso temas de viejas grabaciones de Jackson, algunas inéditas, sacadas de su trabajo para próximas reediciones de los Jackson 5 para Motown. Fragmento tras fragmento, los oyentes escucharon a un Jackson niño cantando con un prodigio remarcable.
Lo más estremecedor fue una versión acapella de "Never Can Say Goodbye," un Jackson preadolescente fraseando como un maestro. Sin los beneficios de la música instrumental o de apoyo rítmico, Jackson mantenía facilmente el tiempo, pero también podía comprimirlo. Sin perder el sonido mantenía el pitch, hasta que decidía doblarlo por razones de expresividad.
El fuego intenso del tono de Jackson, los "oohs" y "aahs" improvisados en momentos claves de la canción, la claridad plateada de su voz aguda desafian cualquier explicación racional. Nadie con menos de 12 años podía cantar con tal manufactura, ardor y sabiduría musical sin haber recibido el beneficio de un don extraordinario.
Los talentos de Jackson, por supuesto, le convirtieron en un objeto de adoración en todo el mundo, la exagerada atención quizá expliquen varias de las idiosincrásias de su personalidad.
"El tio era dolorosamente tímido" dijo el teclista Greg Phillinganes, que grabó y estuvo de gira con Jackson a lo largo de los años.
"Uno se pregunta, ¿Cómo podía ser tan tímido?" dijo Phillinganes, refiriendose a un artista sin miedo al escenario.
"Si hubieras sido perseguido (por fans), y hubieras tenido que correr para salvar tu vida, si eso te hubiera pasado con 11 años, tú también serías alguien distinto".
El Michael Jackson real, explicó Phillinganes, era el hombre que se ponía ante el micrófono, sobre todo en el estudio, y dejaba que una música gloriosa fluyera en su interior, sin titubeos o inhibición.
Cuando Jackson grababa "She's Out of My Life," con Phillinganes al teclado, seguían retrabajando y redefiniendo su trabajo vocal.
"Y al final de cada toma, lloraba" dice Phillinganes. "Y era real."
Todos los panelistas del simposio, organizado por el Center for Black Music Research del Columbia College Chicago, concurrieron en la idea de que Jackson siempre "metía mano" en todo el proceso de grabación.
Aunque no tocaba instrumentos – a excepción de algunas baterías – normalmente "solía hacer partes de percusión y líneas de bajo con su voz" así como otros detalles musicales, recuerda la cantante Siedah Garrett, que compuso "Man in the Mirror" con Jackson y cantó a duo "I Just Can't Stop Loving You."
A pesar de toda la involucración de Jackson con los aspectos musicales y de producción de sus grabaciones, solía juguetear en las sesiones causando el desconcierto.
"Michael solía hacer sus cosillas para que otros artistas se liaran" recuerda Garrett, entre risas. "Él cantaba su parte. Luego cuando yo iba a cantar la mía, me tiraba cacahuetes o cosas".
"Y Q (Quincy Jones) me decía, '¡Estás desperdiciando tiempo de estudio!'"
El efecto acumulativo de todos esos recuerdos y grabaciones fue bastante emotivo, especialmente para aquellos del público que ya adoraban a Jackson.
"Me diste la banda sonora de mi vida" dijo un oyente a los que estaban sobre el escenario, un panel que incluía al ex batería de Jackson, Ricky Lawson y al ex ejecutivodo discográfico Ed Eckstein.
Hacia el final de la velada, Oscar Walden Jr. de 79 años, productor de radio y TV de Chicago, se levantó de su asiento entre el público e inclinado sobre su bastón, se dispuso a leer un poema que había escrito para Jackson.
"Adoro a Michael," dijo al público. "Era un genio."
0 comentarios:
Publicar un comentario