JOSÉ MANUEL SEBASTIÁN (HOY EMPIEZA TODO - RADIO 3) 25.06.2010 -
A sólo unos días del que iba a ser su regreso triunfal, Michael Jackson se fue para siempre hace un año. Entonces una corriente de compasión llenó el mundo entero, como si hubiera muchos individuos con complejo de culpa. Muchos pensamos que la industria de la música estaba afilando el colmillo para rentabilizar la muerte del ídolo.
Pero no fue así.
El legado de Michael Jackson sólo se aprovechó con el estreno en pantalla grande de sus ensayos, This is it. Aquello, sin embargo, pareció más bien un emotivo guiño a sus fans y no una operación descaradamente comercial. Es cierto que las ventas de sus discos aumentaron, como es natural, aunque eso no fue utilizado como excusa (todavía) para la confección de un recopilatorio destinado a romper los récords de ventas.
Baste señalar un ejemplo, el último número 1 de Navidad en UK no fue una balada de Off the wall, ni un rompepistas de Thriller, fue un tema antiguo de Rage Against the Machine, "Killing in the name".
¿Es que en el negocio de la música hay, de pronto, escrúpulos? No lo creo. Es más coherente pensar que a Michael Jackson ya se le explotó lo suficiente en vida. Para lo bueno y para lo malo. Él firmó el disco más vendedor de todos los tiempos, Thriller, y, a la vez, determinada prensa se dedicó a ridiculizarle, a menospreciarle, a destruirle.
Un "rey del pop"... y del Olimpo
Eso le dejó en una desagradable posición porque se le restó humanidad. Fue convertido en una suerte de dios griego, los dioses más ambigüos, y el personaje terminó por devorar a la persona.
En algunas de sus canciones más famosas, como "Billie Jean" o "Leave me alone", se intuye que Michael parecía querer ser una persona normal. Después, ya en los 90, probablemente tras la primera acusación de abuso de menores, ya ni se molestó en intentarlo. Y, al final, sólo pudo realizarse plenamente, y seguro que no siempre, encima de un escenario. La metáfora del juguete roto le va como un guante, hay que reconocerlo.
Hace un año el hombre perdió definitivamente la batalla contra el mito. Ya no habrá redención para Michael, ni homenajes multitudinarios, ni conciertos en Las Vegas y/o Glastonbury. De alguna manera parecía que el mundo se lo debía y de ahí que la reacción a su muerte fuera, en términos generales, elegante.
¿Quién era, en realidad, el ser humano Michael Jackson? Es imposible de saber. Lo que sí podemos decir es quién no era el ser humano Michael Jackson. No era el súper héroe de "Thriller", ni el pirado de "Bad", ni el niño grande de "Dangerous". Eso sólo fueron disfraces para crear una de las primeras estrellas globales.
Hasta tal punto estaba el público impresionado por Michael Jackson que todos nos acordamos de dónde estábamos la primera vez que vimos el vídeo de "Thriller". Y nos acordaremos de dónde estuvimos cuando nos enteramos de que había fallecido.
Las estrellas de rock, del cine y del deporte son como Alejandro Magno o César
Todas las sociedades humanas pasadas, presentes y futuras precisan de gigantes a los que seguir. En nuestro tiempo ese papel les corresponde a las estrellas del rock, del cine o del deporte. En el pasado esa carga fue asumida por grandes militares como Alejandro Magno o Julio César.
Aun con eso, es difícil olvidar las palabras que pronunció Paris Jackson, la hija de Michael, al término del funeral. Con lágrimas en los ojos sólo pudo acertar a decir, "Daddy is the best", "Papi es el mejor". En ese momento nos dimos cuenta de que Michael Jackson había sido nada más que un hombre.
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