«Desgraciadamente sólo hubo un Michael Jackson, y es algo irrepetible»

FRAN JACKSON Imitador oficial del «Rey del Pop» que actuará en la Laboral

Gijón, Pablo TUÑÓN
En 1996 su vida cambió. La casa discográfica de Michael Jackson le reconoció como doble oficial del «Rey del Pop» y consiguió dedicarse enteramente a lo que había soñado desde los 15 años. A esa edad, tras hacer un «playback» con sus amigos del éxito «Black or white» en su pueblo natal (Sueca, Valencia), cayó embelesado en la magia de la estrella norteamericana. Compró su discografía, aprendió sus pasos, se enfundó guantes y calcetines llamativos y empezó a actuar en discotecas y salas. Su pasión por el cantante se tornó en habilidad y Francisco Bernabeu pasó a ser Fran Jackson. El mismo que, desde mañana hasta el domingo, protagonizará en Laboral Escena el musical «Forever King of Pop», un espectáculo que repasa los éxitos del inigualable Michael, avalado por su propia familia. Para ello cuentan con cuarenta artistas, efectos especiales, pirotecnia y un coro de gospel.

-¿Cómo se consigue el importante aval de la familia Jackson?

--Primero de todo, pienso que hay que conseguirlo con el propio espectáculo. El mejor aval, más aun que lo que la propia familia pueda decir, es el del público: esas más de 300.000 personas que han disfrutado del «Forever King of Pop» a lo largo de nuestra gira por toda España. Es lo que hace que el espectáculo sea diferente y abarque todo tipo de generaciones, desde niños a adultos y mayores. La forma y el cariño con el que se trata su figura hacen que este musical sea único. El padre de Michael vino a Sevilla y desde entonces se han estrechado lazos para empezar una gira internacional que comenzará el 15 de junio en Sudáfrica.

-En el espectáculo interpretan los videoclips de «Smooth criminal» y «Thriller». ¿Son fieles a los originales o añaden cosas?

-En muchos números hay aportación propia, como canciones que se escuchan con el coro gospel por primera vez. Pero hay otros, como el de «Thriller» y el «Smooth criminal», que son intocables, porque hay que ser fieles a lo que Michael ha representado. Estos dos los hemos cuidado al máximo para exponerlos en el escenario tal y como Michael los expuso en sus vídeos. Aunque hay alguna innovación en «Thriller», ya que se interactúa mucho con el público y la gente se lleva más de un susto.

-Será consciente del riesgo que conlleva su trabajo, ya que para muchos Jackson era poco menos que una divinidad?

-Totalmente. La parte más agridulce de mi trabajo puede ser ese roce con la línea de la ostentación en la que ciertos sectores más radicales pueden ver algo oportunista. Pero eso está fuera de contexto cuando ves que llevo más de quince años dedicándome exclusivamente a imitar a Michael Jackson y que «Forever King of Pop» se empezó a gestar un año antes de que falleciera. Creo que la dignificación que requiere mi trabajo es, ante todo, no creerse Michael Jackson, porque sólo hubo uno y va a ser irrepetible. Trato de ser una pincelada que tan sólo busca transmitir su legado. Siempre con los pies en la tierra, sin llegar a la ostentación o la suplantación, ni nada por el estilo.

-¿Le cuesta a veces mantener su propia personalidad después de tantos años imitándole?

-He llegado ya a cierto automatismo. Lógicamente, hay una cierta influencia después de tantos años y por haber hecho una forma de vida basándome en mi artista favorito. Ya que en sus canciones ha transmitido siempre grandes valores, hay una influencia en mí de su filosofía de vida. Pero es la misma que uno pueda recibir de la gente que le rodea: padres, amigos, profesores...

-Cantar y bailar al mismo tiempo parece muy complicado...

-En este espectáculo no canto, ya que me encargo de la parte física y coreográfica. Pero puedo decir que cuesta muchísimo y eso lo hizo Michael hasta la gira de «Bad». Ya después del «Dangerous», basándose en las innovaciones coreográficas que incluyó, Michael tuvo que usar sus propios «playbacks» para dar el máximo espectáculo.

-¿Qué es lo que más le gustaba del cantante norteamericano?

-Su originalidad y su innovación en todo. No puedo desgajar ni el baile ni la voz, porque ha sido único en todo. Sus videoclips han sido «minisuperproducciones»; su voz, única, y la composición musical, un éxito, pasando por muchos estilos. Y con los mensajes que ha contado también ha sido un referente e, incluso, diría que un predicador del futuro con canciones, por ejemplo, sobre el maltrato a la Tierra.

-¿Qué canción le marcó especialmente?

-Primeramente fue «Black or white», con la que conocí quién era Michael Jackson. Después, cuando conocí toda su discografía, descubrí más temas. Aunque no tengo una favorita, porque depende del estado de ánimo en el que me encuentre en cada momento, si tuviese que hacer un extracto para explicar a alguien quién fue Michael Jackson me quedaría con ese «Billy Jean» en directo: con su inconfundible base rítmica, con el sombrero, guantes de lentejuelas y calcetines, y con sus pasos característicos del «Moon walk».

-¿Qué opina de la controversia que rodeó a la figura del «Rey del Pop»?

-Pues la lógica y normal que pueda rodear a cualquier figura pública, con el agravante de que en el caso de Jackson siempre se ha hecho mucho más dinero en paralelo a su carrera por su tipo de vida y por otros intereses que por lo que realmente era. Ahí ya entra todo tipo de problemas e información sacada de contexto y, además, que en España somos muy dados a enterrar a los vivos y resucitar a los muertos. Se seguirá hablando de Michael Jackson, de rumores y demás. Pero creo que al final se hará justicia y se valorará, aunque sea tarde, quién ha sido Michael Jackson. Su vida privada pasará a un contexto de habladurías de prensa barata.

-Su muerte ha sido una gran pérdida, pero también un gran negocio. ¿No cree?

-Como todo en la vida de Michael Jackson. Cualquier salida pública, cualquier movimiento o silencio ya era noticia y daba pie a rumores. Claro que su muerte ha sido un negocio. Es más, diría que ha sido el gran negocio de la historia. Su funeral fue el evento récord de audiencia en todo el mundo. Es una desgracia que sea una realidad, pero es así.

-¿Qué sintió el día en el que se enteró de la fatídica noticia de su muerte?

-Fue un caos, porque me enteré en plena actuación en una sala de Benidorm. Vi en un plasma los titulares y en ese momento ni me lo creía, porque pensaba que podía ser una estrategia de marketing basada en los conciertos que iba a estrenar. Primero sientes una especie de vacío, porque has dedicado toda tu vida a ese artista. Pero de repente sabes que ya no está y que todo lo que tenía que hacer ya lo ha hecho. Luego ya te das cuenta de que lo único que te queda es, con más fuerza que nunca y con la cara bien alta, disfrutar de lo que ha dejado y hacerlo lo mejor posible para que millones de personas lo disfruten también.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

tengo que reconocer el trabajo de este chico pero......... michael desgraciadanente solo hay uno UNICO INIMITABLE

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