Los hijos de Michael Jackson, además de su madre Katherine y la mayoría de sus hermanos, podrían pasar por el estrado para testificar en el caso de la muerte del 'rey del pop', según documentos a los que ha tenido acceso el portal TMZ.
Entre esos papeles, hay una lista considerable de preguntas que los potenciales miembros del jurado tendrán que contestar para pasar el largo y complicado proceso de selección. De momento, cientos de personas no han podido superar ese cuestionario por estar demasiado vinculados al caso.
En principio, el juicio comenzará en mayo, un proceso que puede ser especialmente traumático para los herederos de la fortuna de Jackson. Tanto Prince Michael, de 14 años, como su hermana Paris, de 13, y el menor del clan Blanket, de 9 años, tendrán algo que decir sobre la mañana en que su padre perdió la vida tras una sobredosis del anestésico propofol.
De su relato, además del de otros hermanos como La Toya, Jackie, Marion, Randy, Rebbie y Tito —que también están en la lista de posibles testigos— dependerá la suerte de Conrad Murray, acusado de homicidio involuntario y señalado por los Jackson como el causante directo del fallecimiento del ídolo el 25 de junio de 2009.
De acuerdo con el testimonio de uno de los guardaespaldas de Jackson, dos de los hijos del cantante observaron horrorizados como yacía inmóvil el cuerpo de su padre sobre la cama de su mansión alquilada en Holmby Hills. Al parecer, Murray recurrió a Prince Michael para solicitar ayuda, después de entrar en pánico y ver cómo se le escapaba entre las manos la vida de su cliente.
Esos testimonios podrían ser muy perjudiciales para Murray, un galeno de origen caribeño que enfrenta cuatro años de prisión por negligencia médica y por suministrar sustancias prohibidas fuera de un centro médico. Pese a los testimonios en contra, Murray se ha declarado inocente de los cargos y espera argumentar que fue Jackson el que se administró el propofol después de no poder dormir en toda la noche.
Además, los abogados del médico esgrimirán la teoría de la adicción a los fármacos de Michael desde mucho antes que éste empezara a tratarle en su casa de Los Ángeles.
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