Mag Lari mezcla su magia con la de Michael Jackson en un show.


El Mag Lari da el salto. Un gran salto. Aunque con una buena red. En su nuevo espectáculoSplenda, cuyas funciones comienzan oficialmente el próximo día 6 de diciembre, habrá desde un zepelín –que sobrevolará cada día la platea del teatro Tívoli– hasta una réplica exacta de la máscara del hombre-lobo que aparece en el vídeo del Thriller de Michael Jackson. O, dicho de otra manera, habrá más de un millón de euros de inversión en el espectáculo. Un proyecto muy ambicioso que el popular mago ha podido acometer gracias a que en la producción se ha involucrado el Grup Focus que dirige Daniel Martínez. El resultado es un espectáculo de gran formato que persigue darle una nueva dimensión al mundo de la magia en España, pero que, sobre todo, es un buen compendio del mundo del Mag Lari, porque en él el humor y la magia más sorprendente se mezclan con el imaginario de Michael Jackson, uno de los grandes ídolos del artista.
Y para afrontar el desafío, Josep Maria Lari (Barcelona, 1973) ha querido acompañarse en la dirección de Àngel Llàcer, quien durante la rueda de prensa de presentación de Splenda no puede evitar ejercer de maestro de ceremonias algo refunfuñón, bastante descreído y tan exagerado como divertido. Por ejemplo, recordando que conoce al Mag Lari hace muchos años, hasta el punto, bromea, "de que dicen que somos pareja. No lo somos. Aunque es verdad que siempre le pido que me saque de voluntario en sus espectáculos". Y explica que con Splenda Lari "ha querido dar un paso adelante en su carrera y llevar a cabo el espectáculo de magia más grande hecho nunca en la Península Ibérica, por no decir de Europa". "Sólo debe haberse visto algo así en Las Vegas", concluye casi pletórico, para añadir que el trabajo más difícil por su parte ha sido conseguir que, en medio de números de magia "espectaculares, dificilísimos", se mantuviera la personalidad del Mag Lari. "Tenía miedo a perderlo dentro de un espectáculo tan grande. No ha sucedido", subraya, y explica que en la función todo está medido al milímetro menos las interacciones con el público. En total, suma Llàcer, "la obra dura hora y media larga, y digo larga porque el mago se enrolla como una persiana".
Y entonces entra en acción el mago. Y detalla que ha creado Splenda junto a Miquel Setó realizando un par de viajes a Las Vegas porque querían llevar a cabo un espectáculo "que aquí no se hubiera visto nunca". Allí vieron desde lo que hace actualmente David Copperfield al gigantesco montaje de magia que tiene instalado en el hotel Luxor el Cirque du Soleil con el mago Criss Angel: Criss Angel believe. E incluso hablaron con el ayudante de Angel, Mateo Amieva, que es de Figueres. Con todo eso, advierte, "cuando escribíamos la obra se nos iba la olla. Y luego llegó Focus y dijo: 'La haremos'. Se trataba de ver si era viable porque tenía algo de carta a los reyes, todo era muy complejo. Pero la presencia de Àngel Llàcer me ha dado gran tranquilidad y me ha ayudado a mantener al Mag Lari, y que siga mi línea habitual, en un espectáculo tan grande". Un espectáculo, prosigue, en el que Michael Jackson está muy presente. "No es un musical, pero sí que he cogido lo que más me interesa de él y lo he puesto dentro, desde una selección de música –la obra comienza con un número de apariciones y desapariciones en una enorme caja móvil y a ritmo de Gone too soon– hasta su estética", como es fácil observar en los trajes diseñados por Josep Massagué para Lari y sus seis acompañantes, que hacen las funciones de ayudantes y bailarines.
De todos modos, subraya Lari, "a quien no le interese Michael Jackson no se sentirá agobiado. Ni se enterará de que es un homenaje, porque no aparece su nombre. Aunque en el fondo –reconoce– lo es". No podía ser de otro modo: Lari, cuenta Llàcer, se apostó durante horas ante la puerta de la casa del cantante para conseguir su autógrafo. Y cuando Jackson falleció, Lari fue a Estados Unidos a su entierro.
Con una escenografía inspirada en el art déco, Splenda, dice Llàcer, contiene números muy espectaculares que a veces derivan hacia la ternura, otras a la espectacularidad e incluso al miedo. Pero, aclara, no hay un hilo conductor, en todo caso lo es la música de Jackson, que tampoco es la única: "Se trata de magia clásica, un número y otro y otro". Números apenas vistos aquí más que en vídeo aseguran, pero siempre con un toque renovador. O bien números creados por el propio Lari, de los que hay tres o cuatro.
"En escena hay muchos aparatos, cajas y ni una carta, porque eso funciona en la magia de proximidad. También hay apariciones y desapariciones, transformaciones, cosas que vuelan.. y cortamos a trozos a ayudantes y a gente del público, algo que en teoría no se puede hacer y que no es fácil sin tenerlo preparado previamente", cuenta el mago, que explica que él corpus de la magia es limitado y que muchas veces se trata de ir modificando números clásicos. "No tenemos patentes, lo tenemos mal montado", añade, pero "normalmente hay una ética entre magos" y se les paga por hacer sus números. Por ejemplo, en Splenda, hay un número con unos cuencos que nunca acaban de llenarse de agua y por el que han pagado 3.000 euros a un mago ruso que lo ha hecho toda la vida y se ha retirado ya.
Sobre el título, Splenda, Lari dice que evoca muchas cosas: "Podría ser el título de un disco de Michael Jackson, y sugiere cosas espléndidas, doradas, brillantes, dulces". Tan brillantes que aunque por ahora la fecha de salida del Tívoli es el 9 de enero, esperan prorrogar. Y hay quien incluso espera que se quede años.

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