El médico de Michael Jackson argumenta que el cantante se suicidó



Por fin, 19 meses después de la muerte del cantante, el médico de Michael Jackson, el doctor Conrad Murray, ha comparecido hoy ante la justicia, en el inicio de las vistas preliminares en las que el juez del Tribunal Supremo de California Michael Pastor decidirá si hay pruebas y testigos suficientes que permitan iniciar un juicio formal contra él por homicidio involuntario. Murray ha argumentado lo que es la base de su defensa: que Michael Jackson se suicidó al inyectarse una dosis extra y letal de Propofol, frustrado por su insomnio crónico.
El hombre al que se acusa de haber administrado al Rey del Pop una dosis mortal de sedantes, se cruzó con la madre de este, Katherine Jackson, y sus hermanos Jackie y LaToya, que acudieron al los juzgados para presenciar el inicio de las vistas orales.
La acusación ha llamado al estrado a 30 testigos: los médicos, enfermeros y agentes de policía que acudieron a la mansión del cantante en Los Ángeles el día de su muerte, el 25 de junio de 2009; el forense que le practicó la autopsia, y los colaboradores con los que estaba preparando su regreso a los escenarios, el espectáculo musical This is it. Uno de los testigos estrella de la acusación es el coreógrafo de aquel frustrado concierto, Kenny Ortega, que describirá una reunión en la que el doctor Murray estaba presente y en la que éste demostró una extraña influencia y agresividad contra Jackson, según la página web TMZ.
La defensa de Murray ha elaborado una estrategia en la que intentará demostrar que el cantante se suicidó con una dosis letal del medicamento Propofol, que le provocó un paro cardiaco. En el pasado, el médico le había inyectado Propofol al cantante de 50 años para inducirle el sueño. Se trata de un poderoso sedante normalmente utilizado para mantener a los pacientes en estado inconsciente mientras se les opera. Según admitió ante la policía horas después de la muerte, Murray le administró Propofol a Jackson a las 10.40 hora de California, le vio reposar durante 10 minutos antes de salir brevemente al baño.
Según su testimonio, cuando regresó a la habitación a las 11.00, Jackson había dejado de respirar. Intentó reanimarle en numerosas ocasiones antes de llamar a urgencias, a las 12.22. Antes, realizó diversas llamadas telefónicas, durante 47 minutos, según los registros telefónicos. Su defensa intentará demostrar que, mientras el médico estaba en el baño, el cantante se inyectó una dosis extra y letal de Propofol, frustrado por su insomnio crónico. Para reconstruir los instantes previos a la muerte, la fiscalía ha llamado a testificar también a tres empleados de Jackson: su jefe de personal, Michael Amir; el jefe de seguridad, Faheem Muhammad, y un guardaespaldas, Alberto Álvarez. Los tres estaban presentes en la casa del cantante la noche de su muerte.

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