El drama de Michael Jackson

Michael Jackson podría estar vivo. 
Con 51 años recién cumplidos, agotado por una larga gira por una veintena de países de América y Europa, componiendo más canciones que se convertirían en superventas en todo el mundo, seguido por “sus” paparazzi por cualquier rincón de su Neverland o en sus viajes, gozando de la compañía de sus hijos y con sus millones de fans felices de tenerlo todavía muchos años a su lado. 
 Las largas investigaciones sobre las circunstancias de la muerte del máximo ídolo de la música pop, señalan a su médico como culpable de homicidio, por suministrarle dos sustancias que le ocasionaron el fatídico paro cardíaco. 
Éste llamó a los paramédicos demasiado tarde y les ocultó la medicación. Una negligencia médica, entonces, terminó con la vida del genial compositor y maravilloso coreógrafo y bailarín, a los cincuenta años, cuando preparaba la que él mismo consideraba la gira más importante de su carrera y quizás la última.
Miles se consuelan con el argumento de que deja el legado de cientos de canciones, videos y películas, que mantienen de alguna manera vivo a Jackson. Pero nadie está vivo si ha muerto. Más todavía si se trata de alguien que tenía muchísimo más para dar de su arte. 
La historia del fin de Michael Jackson combina la irresponsabilidad de un médico, en el que el paciente puso su vida con total confianza, pero que fue, contrariamente, la causa de su muerte; y el artista agobiado por la fama y exigido por su público, que cae en largos períodos de depresión que lo llevan a evadirse mediante riesgosos sucedáneos de la felicidad; además, rodeado de una corte ávida de retos de fama y dinero.
Cuando se piensa que la riqueza amasada por la gloria y el aplauso de millones se traduce en una vida completamente feliz, tragedias como la que llega a su acto final, revela una profunda insatisfacción, la nula vida privada y el convertirse en pasto de la prensa amarilla y de otros colores; en resumen, la pérdida de la libertad que parece regalar el anonimato. 
Con la sentencia al médico negligente se cerrará el drama de Michael Jackson y sólo quedará la leyenda, donde las personas no existen, sino sólo la faceta para el consumo de las masas que fabrican ídolos. 

http://www.opinion.com.bo

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