La vida de Michael Jackson acabó como un thriller, el título premonitorio del disco con el que conquistó la corona oficiosa de rey del pop. A todo buen thriller le falta un epílogo judicial, y el deJackson comenzará mañana en el Tribunal Superior de Justicia de Los Ángeles. Todo está preparado: el jurado de 12 miembros, las cámaras que lo retransmitirán íntegramente en directo a todo el mundo y una blogosfera dispuesta a escrutarlo al detalle en un proceso paralelo. En el fondo subyace una pregunta: ¿se suicidó el cantante o lo mató una sobredosis de anestésicos administrada por su cardiólogo?
La relación entre ambos comenzó en el 2006 en Las Vegas. Jackson se mudó allí poco después de ser absuelto de maltrato sexual a menores, dondeMurray tenía su consulta privada. Tres años después de conocerle tras llevar a uno de sus hijos a la consulta, le contrató para que supervisara la puesta a punto del que iba a ser su regreso a los escenarios con medio centenar de conciertos en Londres.
Se espera que el proceso gire en torno a las últimas horas de aquel 25 de junio del 2009 en la mansión alquilada por Jackson en el distrito de Holmby Hills de Los Ángeles. Su médico personal de entonces, el cardiólogo Conrad Murray, ha sido acusado de homicidio involuntario por administrarle presuntamente una sobredosis de propofol, un anestésico quirúrgico que la estrella del pop utilizaba por vía intravenosa para ayudarle dormir. Murray se enfrenta a una pena de cuatro años de cárcel. Su defensa argumentará que Jackson era adicto a aquella droga y que fue él quien se inyectó la sobredosis que acabó con su vida.
ENDEUDADO HASTA LAS CEJAS / Para Murraydebió ser una bendición porque, por entonces, estaba endeudado hasta las cejas con unos números rojos superiores al medio millón de euros, según Los Angeles Times. Por sus servicios, pasó a cobrar unos 110.000 euros al mes. ¿Qué tipo de atenciones le prestó durante aquellos meses? Varios testigos describieron a Murray durante las vistas preliminares como un médico incompetente y descuidado, más pendiente del teléfono que de su paciente, según France Press. Pero otros, como el director ejecutivo de AEG Live, la promotora de los conciertos de Londres, dijo que su dedicación parecía irreprochable. «Michael me dijo que confiaba en Murray», declaró Randy Phillips.
El cardiólogo se ha declarado no culpable. Y aunque ha reconocido que durante seis semanas le estuvo administrando propofol para ayudarle a combatir el insomnio, niega las acusaciones de la fiscalía de que le abandonara a su suerte en las horas previas a su muerte. Su defensa se centrará en cómo y cuándo se inyectó Michael Jackson la sobredosis.
El juicio debería haber comenzado en mayo, pero se pospuso a petición de los abogados de Murray.
RICARDO MIR DE FRANCIA (http://www.elperiodico.com)
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